"LA UNIDAD EN JESUCRISTO"
"Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo." Efesios 4:13
Algunos creyentes se asustan con solo pensar en unirse con otros. "¿Cómo se te ocurre que voy a unirme con alguien de otra iglesia o grupo? - dicen- No voy a dejar mi doctrina para ponerme de acuerdo con las de otro solo por causa de la unidad".
Lo que no entienden es que la unidad bíblica no se basa en la doctrina. Los vientos de doctrinas, según Efesios 4:14 , son cosa de niños. Los vientos de doctrinas no unen a nadie, más bien dividen y esparcen a la gente en todas direcciones. La Palabra no dice nada con respecto a unirnos en nuestras doctrinas; dice que lleguemos a la unidad de la fe.
En el pasado, lo entendieron y tuvieron unidad. Hoy no hemos entendido esto y hemos tratado de exigir unidad doctrinal los unos de los otros.
"Si ustedes no están de acuerdo conmigo en cuanto a hablar en lenguas - decimos - o en cuanto al arrebatamiento o en cuanto a las aguas del bautismo, no los aceptaré como hermanos en el Señor. No tendré compañerismo con ustedes".
"Muchos anteponen el orden cultual de adoración como un formato establecido que si los otros no lo hacen igual están mal o en pecado, que si danzan o no danzan, que canticos actuales o que solo se debe adorar con himnos o coros, que si usan o no corbatas, etc."
Pero Dios no hace las cosas de esa forma. Él no tiene una lista larga de las exigencias doctrinales que debemos cumplir. Sus requisitos son simples. En 1 Juan 3:23 nos dice cuáles son: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros.
Una vez que ustedes y yo empecemos a guardar esos mandamientos y dejemos de preocuparnos por el resto, podremos olvidar nuestras riñas doctrinales e integrarnos en la unidad de la fe. Creceremos tan fuertes en la unidad del Espíritu que los vientos de doctrina no podrán separarnos. Cuando eso suceda, al diablo le va a dar pánico, porque la unidad de la fe del pueblo de Dios es un asunto asombroso; es el hecho más poderoso y sin límites del mundo.
La unidad en el cuerpo de Cristo
Efesios 4:1-6 Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, os ruego que viváis de una manera digna del llamamiento que habéis recibido, siempre humildes y amables, pacientes, tolerantes unos con otros en amor. Esforzaos por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fuisteis llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.
Mis amados, en aquel día cuando estemos todos en la presencia del señor, Dios no nos dirá. haber, los metodistas de este lado, los bautistas por allá, los pentecostales por acá, o de otros grupos mas allá, etc. Si vamos a estar unidos con Cristo por toda una eternidad ¿Por qué no podernos convivir en Cristo aquí en la tierra y practicar aquello por lo que el Señor Jesucristo le rogo tanto al padre en Juan 17:20-21 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
Como va a creer el mundo que estamos unidos en Jesucristo si el mundo nos ve que discutimos o peleamos o no nos llevamos ni convivimos entre nosotros, solo porque acatamos mandamientos de hombres y usamos posturas como... "para que no, nos contaminemos" "nosotros si guardamos la fiel doctrina" "ello no adoran como nosotros" etc.
Mas el deseo mas grande del Señor Jesús es; Juan 17:23-26 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
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