AMIGOS

 

DESCONOCIDOS

 

       

        En una colonia jugaban un grupo de adolescentes un partido de futbol, cuando vieron llegar un camión de mudanza a una casa muy grande y bonita, vieron como bajaban los muebles, también vieron llegar un auto muy elegante de donde bajó una pareja y un muchacho como de la misma edad de ellos, - ¡ha de ser el nuevo, del que nos habló el maestro que se presentaría mañana! (todos eran del mismo grado, 2° de sec.) ¡Vamos a ayudarlos para conocerlos!  ¡¡Si!! Gritaron todos y corrieron, se presentaron con los señores, unas personas muy amables que aceptaron gustosas la ayuda de los muchachos, pero el joven solo los saludo con un gesto de cortesía pero sin ningún interés. Sus padres intentaron integrar al joven, pero fue imposible, por fin se dieron por vencidos, invitaron a los jóvenes un refresco y les dieron las gracias.

 

          Al otro día cuando llegaron a la escuela, vieron al muchacho nuevo, quien llegó muy temprano, lo quisieron saludar, pero el joven les dio la espalda y no quisieron molestarlo, sabían que su nombre era Ernesto Tumalán rodríguez  y en el salón todos le dieron la bienvenida junto con el maestro y el asesor de grupo, pero el joven se mostró Cortez. Pero indiferente.

 

          Así pasaron los meses y el joven siempre se mantenía alejado de los demás, comía solo y nunca jugaba porque no quería ensuciarse el uniforme, los señores Tumalán habían hablado con los muchachos pidiéndoles que le tuvieran paciencia a su hijo y que trataran poco a poco de integrarlo, pero el joven se resistía a todo acercamiento porque se sentía más que los demás.        

 

Una mañana durante el recreo, llegó el sr. Tumalán muy agitado por su hijo, los muchachos vieron que platicó con su hijo y este empezó a llorar y se fueron rápido. Los muchachos fueron a la dirección a preguntarle a su asesor que había sucedido, el profesor le comentó que muy temprano la mamá de Ernesto había ido al mercado sola, pues quedaba cerca de su casa, pero no había regresado y los sirvientes llamaron al Sr. a su trabajo, pero no la encontraron.

 

          Los jóvenes pidieron permiso para salir y ver si podían ayudar a encontrar a la Sra. y el asesor les dio permiso, recogieron las cosas de Ernesto, pues en su prisa dejó su mochila y lonchera en su mesa banco, fueron rápido a dejar sus propias cosas a sus casas y a pedir permiso para ayudar, sus padres dijeron que si, y les prestaron 3 celulares para que se organizaran.

 

          quedaron de reunirse en la cancha, frente a la casa de los Tumalán y cuando todos llegaron, fueron a visitarlos, encontraron a Ernesto llorando, cuando los vio subió corriendo a su cuarto, el sr. los recibió y le entregaron las cosas de su hijo él les agradeció y les dijo que no había ninguna noticia, los jóvenes les dijeron que ellos iban a preguntar casa por casa, y anotaron el número del celular del Sr. para llamarlo si sabían algo, pues a él le dijo la policía que esperara en su casa por si había noticias así es que los jóvenes salieron, se dividieron en 3 grupos de 4, uno iría al mercado, otro a los hospitales cercanos y otro estaría en la estación de policía por si sabían algo, cada quien anotó en su celular el número del sr. Tumalán y el de los otros dos celulares para mantenerse comunicados.

 

          el grupo que le tocó el mercado fueron de tienda en tienda preguntando y cuando habían perdido la esperanza una señora les dijo que una mujer joven dentro de la tienda de abarrotes se había tropezado y al caerse se golpeó la cabeza y se desmayó y que el dueño del local la había llevado al hospital del centro, porque no la conocía y que ella se había dado cuenta porque también se encontraba comprando ahí, y como el sr. la sacó por atrás en su carro junto con su esposa, nadie se dio cuenta de lo sucedido.

 

          Los jóvenes corrieron a la tienda. mientras se comunicaban con los otros grupos, para que se dirigieran al hospital y confirmaran si era la persona que buscaban, el tendero les dijo que era cierto, les dio las señas de la persona y parecía que si era la Sra. Tumalán, pero no pudo decir nada más, ya que el hospital no le quiso dar información por no ser familiar, le dieron las gracias y le hablaron al papá de Ernesto y le explicaron todo, y él se fue rápido al hospital junto con su hijo, los muchachos tomaron un taxi y también fueron allá, cuando llegaron encontraron a Ernesto rodeado por los otros dos grupos de jóvenes ellos se acercaron y Ernesto los abrazó llorando, les pidió disculpas por su conducta y les dio las gracias por encontrar a su mamá,

 

          Poco tiempo después salió el papá y les dijo que la Sra. estaba estable y dormida, que el golpe había sido muy fuerte y se había desmayado y  no había podido dar ningún dato y por eso no llamaron, pero todo estaba bien ahora.

 

          Han pasado dos meses y es cumpleaños de Ernesto, el anda jugando futbol con sus amigos del salón, todos andan muy sucios pero se divierten, mientras que su mamá sirve botanas y refrescos para el ruidoso grupo, los señores Tumalán se abrazan y ven a su hijo por fin integrado a un grupo de jóvenes de su misma edad, están agradecidos con ellos, no solo por ayudarlos en un momento tan difícil, sino porque en ese tiempo su hijo tenía los mejores amigos y el no lo sabía.

 

  

 

AUTORA: Martha Aydé Régules de Vinalay

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